Los romanos hicieron el Brexit al revés, asegura el escritor Santiago Posteguillo junto al muro de Adriano, construido para delimitar el imperio romano en Britania, donde ha presentado este martes su nueva novela, «Y Julia retó a los dioses»
Continuación de «Yo, Julia», con la que obtuvo el Premio Planeta en 2018, el nuevo libro del valenciano Santiago Posteguillo, el autor de novela histórica en español mas vendido, cierra la historia sobre la memoria de la emperatriz más poderosa de la antigua Roma, una mujer que transformó su entorno y cambió el curso de la historia.
Desde lo que era «el fin del mundo» para los romanos, el escritor recuerda cómo Severo y Caracalla, esposo e hijo de Julia, respectivamente, conquistaron toda Britania pero luego se retiraron haciendo «el Brexit al revés» porque el territorio no les compensaba el esfuerzo militar.
Al igual que hizo Robert Graves con «Yo, Claudio», Santiago Posteguillo cierra con esta nueva novela su historia sobre Julia Domna, una novela histórica salpicada de mitología con un guiño a la Odisea y a la Iliada donde los dioses intervienen en la vida de los humanos.
Y lo ha hecho porque quería que Julia, una mujer irrepetible en la historia de Roma, no tuviera un final tan injusto como el que padeció, a causa de un dolorosísimo cáncer, que entristeciera a los lectores. De tal forma que, después de la muerte de la emperatriz, quedarán todavía cien páginas que transcurren en el inframundo de los dioses, desde donde la protagonista seguirá controlando el imperio.
Su dinastía seguirá en el poder 20 años más después de su muerte y a partir de entonces comenzará el «principio del fin» del imperio.
Mujer y extranjera, Julia gobernó Roma durante muchos años. Algo que, explica Posteguillo, no sería posible en el equivalente al imperio romano de la actualidad, Estados Unidos, donde para ser presidente del país hay que haber nacido allí.
Las traiciones internas, el virus de la viruela, que denominaban peste, y la enfermedad fueron los enemigos de Julia pero, sobre todo, fue el odio que se tenían sus hijos, Geta y Antonino o Caracalla, un enfrentamiento que crece a la muerte de su padre, el emperador Severo Augusto, en Britania en febrero de 211 d.C.
Allí había acudido la familia imperial para hacer la guerra en un territorio que parecía ingobernable pues cada cierto tiempo se levantaban las tribus y disputaban el territorio a los romanos. Y allí morirá Severo advirtiendo a su mujer de sus hijos: «se van a matar entre sí».
Efectivamente, Geta murió acuchillado por su hermano, pero Julia, ante todo, era una mujer «tremendamente pragmática» que antepuso la necesidad de Estado a cualquier otra consideración: «aunque creamos que los políticos en la actualidad son pragmáticos, al lado de Julia son amateurs».
Porque cuando Caracalla mata a su hermano, la emperatriz decide estar al lado del que ha vivido: «eso es pragmatismo», dice el escritor, que señala que «no habrá ningún tabú que Julia no esté dispuesta a transgredir para que su dinastía conserve el poder, incluso el incesto».
Otro de sus enemigos fue la peste, como denominaban a la epidemia de la viruela, a la que tuvo que hacer frente en su mandato, ayudada por el médico Galeno.
«Y Roma pudo ganar esa batalla y detener el brote porque las autoridades imperiales se sometieron a las autoridades sanitarias» indica Posteguillo, preguntado por las similitudes con el coronavirus en la actualidad.
«Las crisis sanitarias las tienen que liderar las autoridades sanitarias», ha recalcado Posteguillo que ha lamentado «no tener hoy en día a un Galeno con su capacidad de observación». Además, ha asegurado que los romanos fueron los pioneros de la guerra biológica.
Julia falleció de un cáncer de pecho diagnosticado por Galeno para el que el médico no tenía tratamiento.
Antes había visto como su hijo Caracalla era asesinado y, aunque el cáncer le provocó terribles dolores, fue capaz de diseñar toda una estrategia para que su hermana pudiera enfrentarse al usurpador del trono y derrocarlo.
A pesar de todas esas luchas familiares, fue durante la dinastía de Julia cuando la ciudadanía romana se extendió por todas las provincias. Tras su caida, el imperio entero se adentró en un brutal desgobierno que duraría decenios. Desde el final de la dinastía de Julia en 235 d.C. hasta 268 d.c se proclamaron hasta un total de 29 emperadores.
La historia de Julia es digna de una serie de televisión, una adaptación para la que ya ha habido algún contacto, ha explicado Posteguillo, aunque todavía reconoce que «está muy verde».
Lo que si está terminando de escribir son los guiones para una serie documental «Corazón del imperio» que se estrenará a finales de este año en Movistar de seis episodios sobre mujeres en el imperio romano.
Y ya ha escrito el final de lo que será la primera novela de otra serie que, sostiene, será su proyecto más ambicioso: «hasta ahora estaba calentando motores», dice. Por su puesto, será sobre Roma.
FUENTE: Efe.com